EL
AGUA, DISOLVENTE UNIVERSAL
El agua, es la
mejor elección como disolvente, desde un punto de vista medioambiental, ya que
no es ni inflamable, ni tóxica. Aunque presenta el inconveniente de tener una
baja solubilidad con las resinas.
El elevado MOMENTO DIPOLAR del agua y su facilidad para formar PUENTES DE HIDRÓGENO hace que el agua sea un excelente disolvente.
Una molécula o ion es soluble en agua si puede
interactuar con las moléculas de la misma mediante puentes de hidrógeno o
interacciones del tipo ion-dipolo. Solubilidad de iones en agua con aniones que tengan átomos de oxígeno,
pueden formar puentes de hidrógeno, dado que el oxígeno actúa como aceptor de
los mismos. Además, hay que tener en cuenta la atracción del anión sobre el
dipolo del agua. Lo mismo ocurre con Cl- o F-, que tienen pares de
electrones solitarios y que pueden actuar como aceptores de puentes de
hidrógeno. Por su parte, los cationes como el Na+, el K+,
el Ca++ o el Mg++ se rodean de moléculas de agua a las
que unen mediante interacciones del tipo ion-dipolo;
los átomos de oxígeno se orientan hacia el catión. Conforme aumenta la
temperatura y la presión, las propiedades del agua varían.
El agua facilita el procesamiento biológico y
químico de las aguas residuales. El ambiente acuoso ayuda a
descomponer los contaminantes, debido a su capacidad de volverse una solución
homogénea, que puede ser tratada de manera flexible.
Los microorganismos que viven en el agua pueden acceder a los residuos
disueltos y pueden alimentarse de ellos, descomponiéndoles en sustancias menos
contaminantes. Para ello los tratamientos aeróbicos se utilizan de forma generalizada
añadiendo oxígeno o aíre a la solución, incrementando la
velocidad de descomposición y reduciendo la reactividad.
Vídeo: Maravillas del agua... El agua como disolvente.
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